Nada podía hacernos pensar, viendo la infancia de Ella Jane Fitzgerald, nacida en el seno de una familia pobre de raza negra, que aquella tímida chiquilla no especialmente bella, nacida en Virginia, un estado del sur donde imperaba la segregación racial, llegaría a ser la cantante más importante e influyente, no sólo de la música jazz sino también de la canción popular estadounidense. Sólo las excepcionales Sarah Vaughn y Billie Holiday podrían hacernos dudar de tamaña afirmación.
Siendo niña junto a su madre y padrastro se traslada a Yonkers, Nueva York, pero tras la muerte de su madre abandona la escuela y tiene diversos problemas con la ley que la llevan temporalmente a un reformatorio del que también escapa. Su pasión por el baile y una apuesta entre amigas le llevaría a presentarse a un concurso musical donde en el último momento casi por obligación tuvo que cantar. Así comienza la leyenda.
Apenas tenía 16 años cuando el saxofonista Benny Carter se fijó en ella y le recomendó a Chick Webb que la incluyera en su orquesta. Comenzaron los éxitos y las buenas críticas y grabaron entre otras "A Tisket a Tasket" que se convertiría en un grandísimo éxito. En 1939 tras la muerte del líder de la orquesta, la banda cambia su nombre por el de "Ella Fitzgerald and Her Famous Orchestra". Sólo continuarían un año más.
Tras disolver la banda, con 24 años comienza su carrera en solitario y Norman Granz se convierte en su manager. Durante esta época comparte escenario con figuras de la talla de Charlie Parker, Dizzie Gillespie, o Lester Young y comienza a emplear el scat en sus interpretaciones, que le permitía improvisar vocalmente mediante palabras y sílabas sin sentido. Louis Armstrong lo popularizó pero fue Ella quien lo elevó a otra dimensión.
Durante los 50, al igual que hizo Frank Sinatra, grabaría un gran número de versiones de canciones populares americanas, que constituyen un legado formidable. Entre ellas los denominados Songbook dedicados cada uno de ellos a famosos compositores: Duke Ellington, Cole Porter, Johnny Mercer, Rodgers & Hart, George & Ira Gershwin, Irving Berlin, Jerome Kern. Todos ellos magníficos.
Grabó también junto a muchos de los más grandes dejándonos trabajos inolvidables como los tres realizados con Louis Armstrong: Ella & Louis (1956), Ella & Louis Again (1957) y Porgy and Bess (1958); el álbum "Ella at Duke's Place" (1965), junto al gran Duke Ellington y su orquesta; y otras grabaciones junto al que fuera su marido Ray Brown, a Oscar Peterson o a Joe Pass. También compartiría escenario con la orquesta de Count Basie y Frank Sinatra entre otros.
Trascendiendo diversos géneros musicales, con una voz clara y franca de perfecta vocalización y un rango vocal que abarca al menos tres octavas, Ella grabó más de 200 discos y ganó 13 premios Grammy además de obtener un Grammy honorífico por toda su carrera.
En los últimos años su mala salud la fue apartando de los escenarios. Problemas de corazón y una diabetes que le provocó ceguera así como la pérdida de ambas piernas terminaron con su brillantísima carrera. Falleció el 15 de junio de 1996, a los 79 años de edad, en su casa de Beverly Hills.
Nos quedan tan sólo sus grabaciones para seguir enamorándonos de su prodigiosa voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario